Tú y tu mano.
Sea mejor: tú, tu mano izquierda y tus dedos jugueís con el filo de mi vestido, que os sumerjáis en mi total lobregez y la iluminéis. Así seré mucho más feliz. Gracias"
-Dijo mi mente a tu subconsciente. Como suponía no hubo contestación alguna: tu mano siguió descansando sobre la mesa mientras que yo no podía apartar mi mirada de tus labios.
Maldita falta de comunicación.
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